martes, 4 de noviembre de 2008

Nueva Minificción

LA FUNCIÓN



"Se lanzará desde el trapecio", así rezaba el cartel impreso con tinta de mala calidad y en papel barato.
"Hoy a las ocho de la noche y sin malla de protección". Algunos piensan que es muy valiente.
Pero ella tiene un plan.
Se va a soltar del trapecio, ante la mirada atónita de los pocos asistentes a la función. Pero no le importan esos ojos morbosos.
Sólo quiere ver, por última vez, los ojos hermosos de la contorsionista, esos que la enamoraron, esos que la traicionaron.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Cuento con personaje Arquetipico

EL SEÑOR ESTÉ CON VOSOTROS


Anoche en mi camino a casa, decidí entrar a una Iglesia. No precisamente para escuchar la misa. Me parece aburrido escuchar al padre repetir el discurso que ya todos sabemos de memoria. Para mi es más interesante observar las bóvedas, el altar, las pinturas, las esculturas, una virgen Maria de facciones perfectas, muy blanca de ojos hermosos y rostro angelical, un Jesús crucificado sin señales de dolor en su rostro, pero con clavos en sus muñecas y en sus pies. No puede faltar justo antes de la puerta de salida, un vendedor de rosarios, velones, crucifijos, de evangelios miniatura. Todo eso me recordó precisamente un pasaje de algún evangelio, en donde Jesús muy enojado, tumba las mesas donde venden palomas y compran no se que cosas y les grita: Ustedes han convertido el templo de Dios en una cueva de ladrones.
En el nombre del padre, del hijo y del espìritu santo. Amèn. Señor ten piedad, cristo ten piedad.
La gente se arrodilla y pide perdòn, por sus màs oscuros pecados. Yo me apresuro hacer lo mismo, por simple reflejo. No tengo porque pedir perdòn, no me arrepiento de nada. Termina el acto de penitencia. Gloria, gloria, aleluya. El sacerdote pide por la paz del mundo, porque se acabe el hambre, porque se terminen las injusticias, por el santo papa (¿ còmo si necesitara algo?, con tanto dinero que tiene, que comparta algo para que no haya injusticia,
ni hambre)
Lectura del santo evangelio segùn San mateo. Gloria a ti señor.
Algunos están atentos a la lectura, bueno al menos eso parece. Otros miran el reloj, otros como yo, bostezan. Esto se torna aburrido y realmente no es lo que está escrito en el libro, es ese ritmo lento con el que el “curita” trata de explicar. Ahora todos empiezan a recitar: Creo en Dios padre todopoderoso creador del cielo y de la tierra creo en Jesuscristo su único hijo… ( ¿Cómo así y el resto la humanidad? ¿No son sus hijos también?) la gente reza tan rápido que parece una competencia. Ahora el sacerdote nos invita a beber y comer del cuerpo de cristo.
Me pregunto, todos esos fieles que hacen la fila para recibir el pedacito de hostia seca (Porque el vino parece que es sólo para el padre) saben que para participar de la comunión no pueden haber cometido un pecado mortal desde su última confesión además deben haber ayunado durante una hora. Yo no acudo al llamado, prefiero una copa de vino.
Pueden darse fraternalmente el saludo de la paz.
La mujer vestida de rojo que está al lado me extiende su mano, la paz sea contigo me dice, yo sonrió.
El cura se termina la “sangre de cristo” y finalmente dice : Pueden ir en paz.
La gente sale lentamente y yo me voy con ellos. Bueno no con todos, con la mayoría.
Con el marido que se va a casa a pegarle a su esposa, con el ladrón de carteras, con el estafador, con el adicto a la cocaína, con el mentiroso, con la mujer de rojo, entre otros. Me voy con todas esas almas atormentadas, es que aquí en la “casa de Dios” es donde consigo variedad. A mi me expulsaron hace mucho tiempo del mundo celestial, tuve algunas diferencias de opinión, me castigaron por pensar distinto. Hasta me cambiaron el nombre, pero mis amigos más cercanos aún me llaman Luzbel.
LA BUSQUEDA




Estuvo observando los movimientos de los habitantes de la casa, su pròximo objetivo. Confirmò como siempre que se trataba de una mujer de 34 años aproximadamente y su hija de 5 años.
Conociò su rutina : todos los dìas salìan a las 7:30 am. La mujer con traje ejecutivo, la niña con uniforme a cuadros, y una maleta màs grande que ella.
Se enterò que todos los Sàbados se ibàn en el carro, con maletas y regresaban el Domingo.
Unos de esos fines de semana se decidiò a llevar a cabo su tarea, en eso llevaba mucho tiempo. Llegò de madrugada, fue fácil entrar por la puerta trasera.
Ubicò el estudio, se sentó en el escritorio, abrió los cajones uno a uno, sus manos revolvían facturas, fotografias, cartas, tarjetas de Navidad. Querìa reconocerse en las fotografìas, encontrar un recuerdo perdido en su memoria casi inexistente. Necesitaba identificar su caligrafìa en esas cartas para sentirse vinculado de alguna manera a la historia de esa casa càlida, llena de luz.
Miró alrededor, había muchas fotos colgadas en la pared, recuerdos de viajes, reconoció a New York, Paris, Roma, entre otros. Siempre juntas la mamá y la niña, notó que se parecían mucho. Los mismos ojos grandes y hermosos, la misma sonrisa.
Ahora entrà a la habitación de al lado, las paredes estàn cubiertas de papel tapiz rosa, hay jugetes por todos lados : muñecas de trapo, ositos de felpa. Tambièn una pequeña biblioteca llena de cuentos infantiles. Se detiene a observarlos, algunos estàn escritos en Inglès, Italiano y Francès. Ojeó algunos y por unos minutos se olvidó de su busqueda. Devolviò los libros a su lugar y fue al cuarto principal, abriò el closet, la ropa muy ordenada, observò los perfumes, tomò un frasco, lo abrió y ese aroma lo transportò a un bar, mùsica suave, una pareja en una mesa, èl tomaba la mano de ella y se acercò para darle un beso en el cuello, pudo percibir su perfume. Algo lo sacudiò . Se acostò en la cama y cerro los ojos para ver de nuevo ese momento, ese recuerdo que había buscado desesperadamente, pero ahora ¿Qué hacer con el? ¿Aferrarse? ¿Apropiarse?



- Aló
- Laura, ¿còmo estàs? – ¿ya llegaste a la ciudad?
- Si , estoy llegando
- ¿Sabes què dìa es mañana, verdad?
- Si
- Yo se que siempre te niegas a ir, pero mi mamà insiste en que te llame
- Lo se, ya sabes mi respuesta
- Queremos ver a la niña hoy, es un poco tarde, te prometo que no nos vamos a demorar
- No se, mejor otro dìa, Sofia y yo estamos cansadas del viaje
- Siempre es lo mismo, hace meses que no la vemos
- No nos quites ese derecho
- No lo estoy haciendo, vengan el Viernes en la noche
- Hoy no, de verdad estoy cansada
- ¿Y mañana seguro no vas?
- No, no quiero ir
- Se que no te gusta escuchar esto, pero mi hermano siempre te quiso, èl querìa volver, pero pensaba que tù no lo ibas a perdonar
- Èl ya no està para decirmelo
- No seas cruel
- ¿Cruel? Èl me abandonò , no le importò mi embarazo, se fue a buscar su “destino” eso decìa.
- Lo se èl tenìa esas ideas locas, pero no significa que no le haya importado
- No quiero hablar màs de esto, al final terminamos peleando y tù sabes que te apreciò y siempre tendràs mi gratitud por todo lo que hiciste por nosotras
- Lo se..
- Los espero el Viernes para comer
- Bueno, un abrazo
- Un abrazo y disculpame con tu mamà.



- ¡Sofia despierta! Llegamos a casa
- Tengo sueño mami
- Bueno, te llevo cargada hasta tu cuarto y luego regreso por las maletas
- Si, mami, te amo
- Yo también te amo


Con la niña en sus brazos y un poco de dificultad abre la puerta de su casa, la lleva a su cuarto, la acuesta, le da un beso.
Cuando sale del cuarto dispuesta a ir por la maletas que ha dejado en el carro, percibe el aroma de su perfume. Inmediatamente entra a su cuarto, encuentra en el piso su perfume roto.